Poner a calentar en un cazo la leche con la nata. Cuando hierva, retirar del fuego y añadir el té. Tapar y dejar enfriar (unos 20 minutos).
Picar el chocolate en trozos pequeños, raspando la tableta con un chuchillo de sierra. En un bol, blanquear las yemas (batirlas hasta que tengan un color pálido).
Precalentar el horno a 120 grados, y preparar el baño maría, poniendo agua en una fuente grande de horno hasta que llegue como mínimo a la mitad de los ramequines o tazas.
Colar la leche y la nata y ponerla a calentar de nuevo. Añadir el azúcar y disolverlo bien. Retirar del fuego y añadir el chocolate. Remover hasta que se derrita del todo.
Añadir esta mezcla al hilo (poco a poco) a los huevos, sin parar de remover. Cuando esté todo bien mezclado, verter sobre los ramequines y hornear al baño maría a 120 grados durante 60 minutos (45-50 si has usado recipientes más pequeños). Si entonces no han cuajado aún, dejarlos 10 minutos más.
Dejar enfriar y meter en la nevera. Decorar, si se quiere, con un poco de pistacho picado por encima.
Se pueden no comer en el día, pero se ponen cada vez más densos y pierden un poco la textura